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Orientaciones de nuestra acción pastoral.

“Según el espíritu de San Francisco, la relación constante entre padres, tutores, profesores y dirección de la escuela se ha de mover en un ambiente de sencillez, fraternidad, confianza y alegría que contribuya a llevar el BIEN y la PAZ a todos los miembros de la comunidad educativa, favoreciendo así la educación integral de los
alumnos.” (C.P. 3,5)

Hacer patentes los rasgos característicos de la espiritualidad de las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor a través de la enseñanza-aprendizaje y de las
relaciones humanas que se establecen entre educandos y educadores:

  • La alegría, según el estilo de San Francisco, que alababa y bendecía constantemente al Señor y nos muestra cómo vivir con entusiasmo e ilusión nuestra labor diaria.
  • La fe y la confianza, virtudes más características del Beato José Tous, que ayudan a abrir el corazón a la trascendencia dando sentido a la vida de cada ser humano y, a la vez, lo capacitan para una opción comprometida con la transformación del mundo.
  •  La paz, la sencillez y la fraternidad que hacen más cálidas y próximas las relaciones personales en medio de las tareas y responsabilidades diarias, creando lazos de cordialidad y fraternidad.

PASTORAL: ANUNCIO, COMUNICACIÓN Y CELEBRACIÓN
PASTORAL AL SERVICIO DE LA PERSONA: DIMENSIÓN HUMANA «Nuestra actitud en los acontecimientos de cada día debe transmitir a los jóvenes el respeto a la persona humana, la admiración ante el don de la vida y la gratitud de llamarnos y ser hijos de Dios que, en su infinito amor hacia nosotros, nos dio a Cristo como hermano y a María como Madre. Debemos prestar especial atención a la adolescencia, edad en que se hacen las opciones fundamentales de la vida y dedicar cuidadosa atención a los jóvenes que den señales de ser llamados a una vida de especial consagración. «(Const. 122).

Por tanto, hay que ofrecer espacios y tiempos para la interiorización y el crecimiento personal, ayudando a descubrir los dones que cada uno ha recibido de Dios.
Así, pues, los agentes de pastoral estaremos al servicio de la persona en la medida que:

  • Acogemos la situación personal en que se encuentra cada uno en todos los ámbitos de la vida y, especialmente, en el camino de la fe, respetando siempre su libertad.
  •  Ayudamos a hacer crecer y madurar las propias cualidades intelectuales, físicas, de expresión y de relación con las otras personas.
  •  Facilitamos la reflexión crítica sobre las realidades de injusticia existentes en nuestra sociedad, para que no se dejen manipular ni se conviertan en cómplices de injusticia a
    través del silencio o la indiferencia.

PASTORAL CON UNA PERSONALIDAD PROPIA: DIMENSIÓN CARISMÁTICA
«Como a nuestro Fundador, la contemplación de Cristo debe lanzarnos a trabajar activamente, colaborando con la Iglesia en sus planificaciones pastorales, a nivel universal y particular, orientadas a la evangelización de la niñez y juventud, y a derramar en su corazón los santos pensamientos y devotos afectos que Dios nos ha comunicado en la santa oración. «(Const. 6).

Partiendo del deseo explícito del Beato José Tous que las hermanas acogiéramos con especial predilección a los niños y a los jóvenes pobres, hoy, en el contexto social, cultural y religioso que ha quedado patente en el apartado correspondiente al marco teórico de este documento, debemos esforzarnos por ser fieles a nuestro carisma entregándonos a la educación en la fe de los más necesitados de nuestra acogida. Desde esta vertiente podremos abrir caminos en el mundo de hoy, desde el carisma
propio, en la medida que los agentes de pastoral:

  •  Nos esforzamos para vivir la conciencia de Misión con sentido cristiano, según la inspiración del Beato José Tous.
  •  Seamos fieles al carisma de las HH. Capuchinas de la Madre del Divino Pastor y nos identificamos con él.
  •  Potenciamos el sentido de pertenencia a la Institución.
  • Llevamos a cabo la tarea evangelizadora desde un acercamiento cordial que implica sencillez, alegría y bondad.

PASTORAL AL SERVICIO DEL EVANGELIO: DIMENSIÓN EVANGELIZADORA
«(…) La comunidad debe ser activa, abierta y responsablemente consciente de la inspiración congregacional, de haber sido «enviada» en servicio evangelizador.»
(Const.121).

Los agentes de pastoral anunciaremos el evangelio en la medida que:

  •  Revisemos constantemente hasta qué punto la visión cristiana del mundo y de la vida, así como los valores del evangelio, influyen en el apostolado que llevamos a cabo.
  • Trabajemos para despertar las conciencias hacia la justicia social proclamada por el Evangelio y por la Iglesia … (Const. 117)
  •  Adoptemos una actitud serenamente crítica ante la falta de religiosidad de la sociedad actual y descubramos la incidencia en los niños, jóvenes y sus familias.
  •  Ayudemos a niños y jóvenes a descubrir la riqueza de su interior y, al mismo tiempo, compartamos las inquietudes de la persona que preparamos para la comprensión y la
    aceptación del mensaje evangélico.
  • Proclamemos la Buena Nueva del Evangelio con un mensaje sencillo y de fácil comprensión para todos aquellos que se relacionan con nuestras obras apostólicas, para que se sientan llamados a la adhesión a Jesucristo y al servicio de su Reino.

PASTORAL ORIENTADORA: DIMENSIÓN VOCACIONAL
«Debemos prestar especial atención a la adolescencia, edad en que se hacen las opciones fundamentales de la vida y dedicar cuidadosa atención a los jóvenes que den
señales de ser llamados a una vida de especial consagración.» (Const.122).

Nuestro compromiso socio-eclesial de ayuda a la promoción integral humano-cristiana de los jóvenes, nos mueve a ayudar a descubrir el camino que el Señor quiere para ellos e invitarlos a desarrollar su «ser de bautizados». «La tarea del educador cristiano exige presentar al joven todos los estados de vida optativos para el cristiano» (Itinerario de formación CMDP 1.1).
Los agentes de pastoral podremos ofrecer un clima de confianza y apertura hacia esta dimensión en la medida que:

  • Nos esforcemos en ofrecer espacio y tiempo para la reflexión y profundización en la fe a aquellos niños y jóvenes que requieren una especial atención y formación a nivel de orientación vocacional, presentándoles los diferentes estados de vida.
  •  Seamos conscientes de que toda la pastoral y, en particular la juvenil, es originariamente vocacional si ayuda a develar el sentido de la propia vida, la llamada a un estado de vida específico (matrimonio, soltería, vida religiosa o sacerdocio), y a formar parte de una comunidad eclesial.
  • Cuidemos la orientación vocacional tanto en la vertiente humana como en la cristiana, con ofertas explícitas en ambos niveles.
  • Acompañemos a los niños y jóvenes a través de un trato amable y cordial, estando atentos a sus inquietudes y necesidades tanto personales como a nivel de fe.
  • Nuestra vida sea un testimonio vocacional de los valores cristianos.