Biografía de la Madre Remedio
María del Remedio Palos y Casanova, CMDP.
Fundadora de las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor. María del Remedio Palos y Casanova nace en Valencia, en el seno de una familia humilde y cristiana, el 8 de octubre de 1825. Hija de Antonio y de Vicenta, fue bautizada el mismo día de su nacimiento en la parroquial de San Esteban.
María del Remedio era de carácter dócil, muy humilde y fervorosa. Sintió desde muy jovencita la llamada a consagrar su vida totalmente al Señor, ingresando el 24 de mayo de 1848 en el Monasterio de las Religiosas Recoletas en Madrid. El Señor, sin embargo, la quería en otro lugar, le tenía reservada otra misión y por ello regresó a Barcelona el 19 de mayo de 1849, guardando siempre en su vida un grato recuerdo de estas religiosas. Unos 23 o 24 años contaba cuando se dio a conocer al Siervo de Dios Padre José Tous, tal vez a través de la Pía Asociación de Santa Romana, en la Parroquia de San Francisco de Paula, que agrupaba a jóvenes piadosas, ansiosas de imitar las virtudes de la santa niña y mártir que el virtuoso P. Tous les exponía.
Remedio Palos, ingresa en la Congregación que funda el P. Tous, el 27 de mayo de 1850 junto con Isabel Jubal y Marta Suñol. Vistió el hábito religioso y dio comienzo al noviciado el 6 de junio de 1850. Hizo la Primera profesión el 7 de junio de 1851. En un lapso de tiempo muy breve, ingresaron otras dos jóvenes en la naciente fundación: María Ana Mogas, que fue admitida el 13 de junio de 1850 y vistió el hábito el 24 del mismo mes, y María Gambús, admitida en septiembre de 1850.
La Madre Remedio va profundizando intensamente en el espíritu seráfico y carisma del fundador, es decir, en cuanto afecta al progreso y desarrollo interno del Instituto, y en lo que lo distingue de otros semejantes y da carácter al mismo, allí está siempre la Madre Remedio ocupando cargos quizá no brillantes, pero sí de extrema responsabilidad. Era tímida y dulce de carácter, se mantuvo siempre en la penumbra de la vida religiosa, prefería una labor oculta y callada, pero eficaz, cual era el cargo de Maestra de Novicias, desempeñado en Ripoll de 1852 a 1858; en Capellades de 1862 a 1864; y en Barcelona en 1871, cargo delicadísimo que en aquellos primeros años del Instituto significaba la supervivencia de la Orden y que el P. Tous le confió en atención de sus dotes de temperamento.
En su dirección y trato con las novicias se desbordó en la caridad, verdaderamente maternal y solícita en su ayuda integral y espiritual y supo infundir y transmitir el carisma de la naciente Congregación, llena de delicadezas, en muchas ocasiones heroicas. Desempeñó el cargo de Superiora en Ripoll de 1858 a1860 y en Sant Quirze de 1860 a 1862; y Consejera General en Barcelona de 1879 a 1902. Muy grande su caridad con el prójimo, que fue en ella como el coronamiento de su profunda humildad, muy fina y servicial con las hermanas enfermas. Fue notoria su entrega total al trabajo que inculcaba a las novicias. No le faltaron las amarguras, incomprensiones y sufrimientos que supo en todo momento ofrecer al Señor. Durante sus cincuenta y siete años de vida religiosa fue la Madre Remedio la edificación constante de las Hermanas, además de por sus virtudes, por su exacta observancia y por su puntual asistencia a todos los actos de Comunidad, que llegó a hacerse proverbial en sus hijas. Fue Maestra de Novicias, Superiora local, Consejera General, y en todo momento se mostró sumisa a la voluntad de Dios y obediente a las Superioras, que habían sido novicias suyas.
Pudo superar, en sus últimos años, graves enfermedades. Falleció santamente y llena de virtudes en el Colegio de Barcelona a los 82 años de edad, el sábado 23 de noviembre de 1907. La M. Remedio supo compaginar la espiritualidad de Santa Clara con el apostolado educativo. Fue el verdadero retrato que el Espíritu Santo hace de la mujer fuerte. Fue el corazón de Dios con todas las hermanas, siempre abierto a la misericordia y a sus necesidades desde el carisma seráfico. Modelo de entrega a Dios desde la sencillez, la humildad y abandono a su voluntad, dejando el aroma de sus muchas y grandes virtudes como Fundadora y Primera Hermana de las Terciarias capuchinas de la Madre del Divino Pastor.